Sede Alto de los Gómez, Institución Educativa El Guayabo
Sede Alto de los Gómez, Institución Educativa El Guayabo
Nací en un humilde hogar, en las bellas montañas de San Jerónimo, Antioquia. Mi infancia estuvo rodeada de personas que me llenaron de amor y felicidad. Desde los primeros suspiros de vida soñaba con ser maestra, estar sumergida en el mundo de la fantasía y la curiosidad. A pesar de los tropiezos, gracias a mi familia, al amor incondicional por mi hija y a un tío que hoy me acompaña desde el cielo, poco a poco lo fui logrando; ellos fueron mi apoyo para cumplir mi sueño. Hoy mi corazón se llena de gratitud por esta bella labor; soy maestra por vocación y mis estudiantes son la razón por la que me levanto feliz cada mañana para soñar junto a ellos.
“El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”.
Eleanor Roosevelt
En el Alto de los Gómez, la colina más bella del municipio de Santa Bárbara, Antioquia, con una vista privilegiada, se encuentra ubicada mi maravillosa y sensacional escuela, un lugar agradable donde se respira paz y tranquilidad. Ella, que un día me abrazó y me abrió las puertas, me inspira para continuar con mi bella labor y brindarles a mis estudiantes lo mejor de mí.
Mis retoños, como yo los llamo, mi mayor fuente de inspiración, son personas de buen corazón, responsables, con diversas particularidades y muy dedicados. Ellos, cuyas edades oscilan entre los cinco y los doce años, están llenos de sueños, enormes motivaciones, deseos de aprender y superarse. Nuestros pequeños y pequeñas alcanzan los saberes básicos a través de la metodología de escuela nueva-escuela activa, donde se implementa el trabajo cooperativo, el liderazgo, la autonomía y la participación directa en el aprendizaje.
Mi experiencia como docente me ha permitido tejer hilos de aprendizaje, oportunidades para crecer y apoyar a mis estudiantes en los procesos y desafíos que nos presenta la vida. Así que, basándome en una amplia observación dentro del desarrollo de las actividades realizadas en clase, el bajo rendimiento académico en las diferentes áreas del conocimiento, especialmente en lengua castellana, y una prueba de caracterización, logré evidenciar que la mayoría de mis estudiantes presentaban falencias en el proceso de lectura y escritura, así como frente al respeto, cumplimiento de las normas de convivencia y manejo de las emociones.
Respecto a estas situaciones, y sin más que pensar, nació una bella propuesta pedagógica basada en las paredes letradas: ubicamos en el salón de clases algunos elementos gráficos, como instrumentos de gobierno, con el objetivo de promover ambientes dinámicos para fortalecer los diferentes procesos de lectura y escritura, además del componente socioemocional. Las paredes letradas, más que decorar el aula de clase con afiches y retazos de papel, se convierten en una poderosa y mágica herramienta pedagógica que facilita otras formas de aprender y brinda a los estudiantes oportunidades para fortalecer sus habilidades y competencias.
Fue así como decidimos iniciar una aventura, con entusiasmo y alegría, donde implementamos las siguientes estrategias:
La Maratón de Lenguaje, ese largo camino que consiste en desarrollar diferentes retos, como lectura individual, lectura grupal, escritura de palabras, texto de comprensión lectora, que con dedicación todo estudiante logra cumplir y le ayudan a llegar a la meta; el Lectómetro, una aventura muy divertida que mide la velocidad de lectura por minuto y el nivel de fluidez y calidad; y la Cartelera de mis Logros, ¡qué maravilla!, allí el estudiante debe conservar tres estrellas, que representan comportamiento, presentación personal y trabajo en clase, para que al final de la semana reciban un incentivo (billete didáctico), y al final de cada mes los puedan cambiar por golosinas de la tienda escolar. El desarrollo de estas actividades convierte la clase en un espacio armónico, en el cual valoramos la creatividad de los estudiantes y los orientamos a que sean auténticos, autónomos y creativos.
Al inicio de este largo camino, adecuar los espacios para ponerlos al servicio de mis estudiantes no fue una tarea fácil. Asimismo, para ellos fue un reto, puesto que en algunas ocasiones se sentían presionados, con falta de confianza en sí mismos, pero poco a poco este proceso fue generando una cultura de aprendizajes, donde todas estas estrategias han resultado ser divertidas e interesantes, y se fueron convirtiendo en una práctica permanente en la cual los estudiantes ya saben qué actividades desarrollar, y ellos mismos son los que se motivan a seguir; los estudiantes son auténticos, receptivos, disfrutan de las actividades, no necesitan estar acompañados porque ya tienen la capacidad instalada, tienen los procesos interiorizados y saben a dónde quieren llegar; son autónomos en sus roles y muy comprometidos, y han demostrado más interés por leer, así como un mejor comportamiento y cumplimiento de las normas.
Con el paso del tiempo, la experiencia se ha convertido en una actividad esencial dentro del aula de clase. Ver sus rostros llenos de curiosidad y entusiasmo cada día me inspira a seguir apoyándolos y motivándolos a cumplir sus sueños. Es muy lindo ver que ellos sienten la motivación por superarse y salir adelante, la alegría y deseos de seguir avanzando y desarrollar cada actividad entregando lo mejor de sí, partiendo de que todo lo que hagamos con esfuerzo y dedicación nos conduce al éxito.
Es emocionante saber que nuestra propuesta pedagógica ha tenido un impacto positivo en toda la comunidad educativa; hemos logrado con éxito los objetivos propuestos gracias a la dedicación, esfuerzo y compromiso de los estudiantes y padres de familia; aquellos han avanzado no solo en su proceso de aprendizaje, en su fluidez de lectura, sino en el fortalecimiento y la gestión de las emociones, así como en el respeto y el cumplimiento de las normas de convivencia. Especialmente, los estudiantes de grados inferiores están experimentando un progreso en su proceso lector gracias a la estimulación y mediación de la lectura por parte de sus compañeros.
Espero inspirar a otros maestros a implementar en sus aulas estrategias pedagógicas que se adapten a las necesidades de sus contextos. Lo más importante es que estén comprometidos en establecer relaciones sólidas con sus estudiantes, entendiendo sus contextos personales y tratando de ayudarlos a superar cualquier obstáculo que hallen en su camino, a fin de que el aprendizaje sea más atractivo y efectivo.
Finalmente, la aplicación de esta estrategia pedagógica, junto con el apoyo y la participación activa de los padres en cuanto al acompañamiento que han brindado en cada proceso, ha generado en los estudiantes seguridad, motivación y un mayor interés por aprender y desarrollarse. Estoy emocionada por lo que el futuro les depara y comprometida a seguir acompañándolos en su viaje hacia el éxito.