Alianza ERA

Educación Rural para Antioquia

¡Una escuela por la vida y para la vida!

Nelson Aurelio Restrepo Corrales

Sede El Libanón, Institución Educativa San Peruchito

¡Soy maestro por vocación y convicción! Desde niño soñé con serlo; desde aquellas tardes en las que mi madre sentada en un banco de madera, debajo de un árbol de guanábano en un patio de tierra, me enseñaba a leer y a escribir. ¡Mientras esto sucedía me contaba sus sueños, sueños que se convirtieron en mi sueño! ¡De niña, mi madre siempre quiso ser maestra, y por supuesto que lo logró, porque fue mi maestra de vida!

¡Gracias a mi madre me convertí en el maestro que soñé!

¡Soy un convencido de que los sueños se hacen realidad en la medida en que se trabajan y se luchan!

Soy maestro en la sede El Libanón, escuela que un día, cuando era pequeño, vi y pensé: “Algún día voy a ser el maestro de esta escuela”.

¡Una escuela por la vida y para la vida!

En medio de las montañas de Andes, en el corregimiento La Chaparrala, específicamente en el Líbano, se encuentra una hermosa escuela, ¡la mejor de todas! Es de color amarillo, y decidimos pintarla así porque dicen que es el color de la felicidad, que es lo que se vive allí. Entre risas, silencios, abrazos, alegrías y preguntas transcurre la cotidianidad de la vida escolar. Esta escuela, que hoy cuenta con todos los niveles hasta media rural y que hace poco abrió universidad en el campo, no siempre fue así: antes solo contaba con básica primaria, pocos espacios, pocas oportunidades de continuidad en el sistema educativo y proyectos de vida estancados por falta de nuevas posibilidades. ¡El reto, entonces, era inmenso!

Hoy en nuestras aulas se desarrollan procesos cuyos protagonistas son los estudiantes, quienes asumen con autonomía y liderazgo el gobierno de aula, con sus roles y funciones, como cualquier otro gobierno que conocemos, con pactos de convivencia, acuerdos y normas.

En estos años de arduo trabajo también hemos vivido momentos de desesperanza, tristeza, desespero, al creer que jamás llegaríamos hoy; ¡pero los frutos se recogen! ¡Dicen por ahí que quien siembra tiene derecho a recoger, y esto es precisamente lo que ha sucedido!

Hoy, después de luchar por catorce años en mi escuela, fruto de tan magnífica labor, los estudiantes de primaria, posprimaria y media rural cuentan con un gobierno de aula en cada uno de los ciclos, que articuladamente trabajan en los procesos y proyectos de la sede. En nuestro contexto rural multigrado, los estudiantes asumen una postura activa, propositiva, de autogestión, dando vida a una escuela diferente, ¡una escuela activa!, con metodologías flexibles que van en beneficio de los actores que forman parte de la comunidad.

Los estudiantes juegan el papel protagónico en su formación asumiendo las riendas de su vida personal, escolar y social; formándose como ciudadanos librepensantes, autónomos, críticos, y desarrollando a partir de estos procesos habilidades para la vida en los ámbitos comunicativo, social, cognitivo y emocional; convirtiéndose en líderes en la escuela y la comunidad, y más adelante, por supuesto, serán quienes lideren procesos democráticos y sociales en sus territorios como agentes de cambio desde perspectivas humanas e incluyentes, con respeto por la diferencia para la transformación social y en pro de construir nuevas identidades y nuevas ciudadanías basadas en el respeto por el otro.

Las figuras de presidente, vicepresidente, monitores y controladores de tiempo no pasan desapercibidas entre el resto del grupo; sus compañeros también exigen que estos tan importantes personajes cumplan la norma, como cualquier otro mortal de la vida escolar, y asuman con responsabilidad los acuerdos para los cuales fueron elegidos democráticamente, ¡que sean ejemplo!

El gobierno de aula es para ellos la suprema autoridad, que, al igual que cualquier órgano, debe asumir sus responsabilidades. Estas se encuentran fijadas en las aulas mediante un instrumento informativo que contiene sus fotografías, sus cargos y sus funciones, ¡por si acaso a alguien se le olvidan!

El gobierno de aula coopera para que, como dicen algunos estudiantes, no se pase por la galleta la lectura de los diarios de campo, del Cuaderno Viajero y de los cuentos al abrir la jornada. También, para que todos respeten los espacios para ir al baño, y quien lo vaya a hacer tome la correspondiente tabla como tiquete de salida del salón, asumiendo así una responsabilidad de autogestión y cogestión del asunto biológico, a la vez que regula su propio cuerpo.

Otro de los ejes del gobierno son las actividades de conjunto, que se desarrollan los lunes y viernes en el patio de la sede y que involucran a todos los niveles escolares. Estas actividades son planificadas por los estudiantes en un cuaderno llamado Actividades de Conjunto. Independientemente del grado escolar, todos quieren realizarlas, desde el estudiante de preescolar hasta el de grado undécimo, y, en el caso de los más pequeños, sus hermanos y familias ayudan en la planeación y ejecución.

De esta manera llevan a cabo procesos de planificación, escritura, lectura, búsqueda de recursos y sistematización… ¡Aaah, y, sobre todo, logran vencer la timidez! Últimamente, los padres de familia también participan ejecutando actividades de conjunto para toda la comunidad educativa a pesar de sus ocupaciones; así han asumido un papel activo y decisivo al estar dentro de los procesos curriculares y formativos de sus hijos y de la sede.

El Microcentro Volvamos a Escuela Nueva, como red de maestros de las sedes educativas de La Chaparrala, rota por todas las escuelas del corregimiento para participar en las actividades de conjunto, planificadas, sistematizadas y dirigidas por estudiantes de la sede; una experiencia gratificante, por cuanto pudieron destacarse habilidades y competencias que han alcanzado los estudiantes para enfrentarse a públicos externos y a grupos colegiados de maestros. Así, la escuela se ha posicionado como un centro de gestión de conocimiento y progreso que propende hacia el desarrollo humano de los estudiantes, sus familias y la comunidad educativa, convirtiéndose en ¡una escuela por la vida y para la vida!

¡Una escuela por la vida y para la vida no es un sueño utópico! Aún es posible que la escuela se transforme a partir de nuevas formas de hacer las cosas, nuevas estrategias y prácticas educativas, donde los actores educativos asuman posturas de liderazgo, autonomía, respeto por la vida, la democracia y la diferencia; y encaminando los procesos educativos desde miradas divergentes, incluyentes e integradoras, donde cada actor que interviene sea fundamental en los procesos, especialmente los estudiantes, ya que tienen en sus manos la oportunidad de construir proyectos de vida que los lleven a alcanzar sus sueños, como yo alcancé los míos.

¡Que la escuela se convierta en el escenario donde cada ser humano se ponga el traje de gala para la vida!

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