Alianza ERA

Educación Rural para Antioquia

Los Libros son Alas

Leyda Romero Carmona

Sede Teresita Obando, Institución Educativa Rural San Pablo

Hija de la eterna primavera, la Rosa y el Romero,⁣
genes de mamá valiente y de padre guerrero;⁣
crecí en una familia un poco numerosa,⁣
papá, mamá y cinco hermanos, siempre unida y amorosa;⁣
mujer y madre que desde chica mostró su vocación⁣
jugando a la escuelita en el patio y el salón;⁣
comencé como maestra en el área urbana,⁣
pero hace algún tiempo me he vuelto más humana,⁣
porque conocí la ruralidad por cosas del destino⁣
y desde ese momento ya no quiero otro camino;⁣
amo la sonrisa y los abrazos de los niños,⁣
la inocencia de sus palabras que me hablan con cariño;⁣
rodeada de montañas, flores, aire fresco y un gran río,⁣
diariamente en Támesis se alegra el corazón mío.

Los Libros son Alas

“Cualquiera puede hacer historia, pero solo un gran hombre puede escribirla”.

Oscar Wilde

Con un rojo amanecer comienza el día, un hermoso paisaje envuelve la mañana y el olor a café no se hace esperar. Rodeada de mucha agua, cascadas encantadoras y variedad de aves me recibió esta tierra hace doce años. Una tierra de la cual nada conocía, pero que al llegar me sedujo con su gente amable y colaboradora, con sus montañas imponentes y su famoso cerro Cristo Rey.

Después de tener una breve experiencia en la ciudad como maestra, llegué a la Tierra del Siempre Volver en una linda noche de verano. Al día siguiente me dirigí a la escuela y mientras avanzaba pensaba en todo aquello que me podría encontrar, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por lo que mis ojos veían alrededor de esos caminos de carretera destapada: en cada parpadeo se goza de un paisaje hermoso, tanto verde, tanto cielo, tantas sonrisas que saludan desde afuera aunque no te conozcan; un panorama definitivamente opuesto al de las calles de la ciudad, los pitos y los gritos son reemplazados por cantos majestuosos de pájaros tranquilos. Mientras me acercaba mucho más a mi lugar de destino, veía una gran cantidad de niños a la espera de su nueva maestra, con ojitos rasgados evitando los rayos del sol de la mañana, sonrisas inquietas y murmullos de alegría, como una gran bienvenida. A partir de ese momento y hasta ahora me han acogido con amor en este lugar, al cual le debo mi real crecimiento como maestra.

Poco a poco, aprendiendo sobre escuela nueva, fue pasando el tiempo y creciendo el amor por la ruralidad; aunque en algún momento me habían dicho que muy pronto iba a desistir de esta idea por ser una mujer de ciudad, la verdad es que cada día me emocionaba mucho más, porque a donde el corazón se inclina el pie camina, y realmente mi corazón me decía que ahí era.

Después de un tiempo de estar en la ruralidad, y disfrutar de sus beneficios, puedo ver cómo la tecnología va logrando introducirse poco a poco en cada hogar; la llegada de los celulares a las manos de los niños va creciendo rápidamente y desde edades tempranas, y, sin el ánimo de estigmatizar las tecnologías en estos tiempos donde el acceso es cada vez más fácil, el uso de estas ha traído más desventajas que beneficios. Una de las más tristes desventajas es que la biblioteca está siendo olvidada, las palabras, los cuentos, las historias impresas y aquellas ilustraciones tan bellas se están quedando atrapados en estantes de madera, y les dieron lugar a los juegos, los retos, los bailes y toda clase de contenido que propone el internet. La lectura y la escritura se han visto afectadas; la creación de historias y la imaginación están pasando a un segundo plano.

Por esta razón me propuse implementar una estrategia que potencializara y diera de nuevo vida a nuestra biblioteca, llamada aquella Los Libros son Alas, donde la promoción de la lectura alimenta en los estudiantes la curiosidad, la imaginación, las ganas de escuchar, leer y escribir más historias. Esta idea hace que nuestro Cuaderno Viajero y las clases de los lunes tomen un rumbo diferente. Hoy los libros se convierten en alas en dos sentidos: uno, porque los niños los usan para hacer volar su imaginación y pueden recorrer a través de las lecturas mundos desconocidos y vivir junto a los personajes diferentes aventuras fuera del salón de clases, dejando por un momento el celular; y dos, porque aquellos libros olvidados se transforman en sus propias alas y vuelan a cada uno de los hogares acompañados de un cómplice llamado Leíto, un cuaderno en el cual los niños escriben reflexiones, ideas importantes, creaciones propias y dibujan todo aquello que más les gustó del libro que leyeron en compañía de su familia. Los lunes cada quince días Leíto es protagonista de nuestras clases, porque nos da a conocer todas esas lindas reflexiones que tiene escritas en sus páginas; además, vivimos la experiencia de diferentes formas, como las piyamadas, pícnic, fiestas literarias y otras temáticas increíbles que a los niños se les puedan ocurrir.

¿Una piyamada literaria en la mañana? Sí, cada estudiante lleva su piyama favorita, adecuamos el salón de manera que no entre mucha luz, tomamos colchonetas y nos disponemos para compartir toda la magia que hay dentro del Cuaderno. En los pícnics aprovechamos las cosechas de las deliciosas frutas que surgen en la vereda, guayabas, naranjas, mandarinas, moritas, uvas, uno que otro acompañante como crispetas, maní o lo que deseen llevar los niños para compartir. Extendemos una gran sábana de colores a las afueras del salón y allí empieza nuestra aventura literaria con Leíto. En este cuarto periodo trabajaremos las fiestas o ferias literarias, en las cuales los niños escogerán el libro o el cuento que más les llamó la atención, se disfrazarán del personaje principal y en pocas palabras nos contarán sobre las aventuras de ese personaje. Lo haremos como un carrusel para que todos podamos disfrutar de las grandes historias narradas.

Esta experiencia me ha traído muchas satisfacciones, sobre todo porque los niños, cada lunes, desean que Leíto y el libro elegido se vayan con ellos a casa y esperan con entusiasmo la aventura que vamos a vivir en el salón de clases. También porque estamos cumpliendo la misión de movilizar la biblioteca y darles importancia a los procesos lectoescritores. Comenzó en este tercer periodo teniendo como meta para nuestro futuro no muy lejano un libro de cuentos escritos por los niños.

Y como el que entre la miel anda algo se le pega, inspirada en el trabajo de lectura de los integrantes de la Fundación Secretos para contar, Alianza ERA y de mi hermana Adriana, quienes son autores y conocedores de gran bibliografía que agrada a los niños, maravillosos promotores de lectura, seres humanos increíbles, apasionados, tesos y con un deseo inmenso de apoyar los procesos de aprendizaje, se me pegó el amor por los libros infantiles y el ánimo de revivir el amor por la literatura.

Agradezco hoy a Dios, a Secretos para contar, a Alianza ERA, a mis estudiantes, acudientes, amigos y a mi familia por hacer posible esta maravillosa experiencia.

Contenidos relacionados

Compartir