Sede Chaquiro Abajo, Centro Educativo Rural El Concilio
Sede Chaquiro Abajo, Centro Educativo Rural El Concilio
En las colinas verdes, donde el alma nació,
en La Liboriana, mi cuna, mi canción,
mi madre, María, en maíz me educó,
las frutas del cacao, el café en mi corazón.
Bajo el sol dorado, con atardeceres en calma,
en familia bebimos la esencia de la vida,
mi padre, en las ollas, el frijol deshacía,
mazorcas pelaba, dándonos alimento y alma.
Gracias a ellos, como maestro florecí,
“un mundo de colores” soy yo aquí,
en el año 2022 a Chaquiro llegué
a romper paradigmas, a soñar enseñé.
Soy el águila que sueña alto en el cielo,
una estrella que brilla, un faro en el destello,
jamás dejaré de iluminar, de inspirar
en esta tierra mágica, mi hogar sin igual.
Fueron testigos los árboles de mi nacimiento frente a un cielo opaco por las fuertes oleadas de lluvias un mes de enero que parecía mayo. Inocencia frágil que cultivó en mi ser valores sin igual. Gracias a mis padres y hermanos que forjaron costumbres propias de las montañas, entre caminos pantanosos, perros que ladraban en la noche, pasos de caballos en la oscuridad que parecían elefantes ansiosos por ver el sol destellar sobre el cerro plateado. También recuerdo el canto de los gallos, una melodía armoniosa que parecía fusionarse con mis sueños aún vírgenes.
Los años pasaron y me transformaron en un docente constructor de sueños, aquellos que la dulce melodía de los gallos no podía despertar, perdidos entre las fuertes lluvias de enero que parecían mayo. Mi viaje me llevó al municipio de Anorí, en Antioquia, específicamente a la vereda llamada El Banco, con la misión de dar forma a sueños eclipsados por la cruda realidad. Las carreteras sin pavimentar, el viaje en chiva y los caminos embarrados testificaban la difícil situación de esta región, donde la coca, la minería y un río agitado predominaban.
Sin embargo, allí me esperaban niños y niñas ansiosos de soñar; sus sonrisas pegajosas e inspiradoras me dieron la bienvenida. Fue allí donde construí mi segundo hogar y conocí a la familia Barrera Carvajal, quienes me recordaron el valor inmenso de la familia y el amor incondicional.
Fue entonces cuando comenzó mi sueño de transformar comunidades marcadas por la escasez y la necesidad, donde los sueños habían sido sepultados bajo el cielo opaco y las implacables lluvias misteriosas. En ese lugar logré cumplir mi primera meta y la misión que la vida me encomendó. Nació Café Amor Joven, un proyecto que abarca una diversidad de experiencias significativas que une familias y comunidades; pero lo más excepcional es que construye sueños. Fue en ese momento cuando comprendí que “la enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón” (Howard Hendricks).
Llené mi mochila de sueños y regresé a mi municipio natal para avivar ilusiones que habían sido opacadas por fuertes oleadas de lluvias. Llegué como maestro inspirador a Salgar, Antioquia, a la vereda Chaquiro Abajo. Allí encontré adolescentes desprovistos de educación y metas de vida, atrapados por problemáticas sociales que los consumían como el fuego devora la madera.
En un breve instante desperté de ese hermoso sueño en el que había estado sumido por tanto tiempo y me hice la pregunta: ¿qué puedo hacer en esta comunidad para ver florecer sonrisas llenas de colores? Tomé una taza de café para mantenerme despierto y no caer en un sueño gris. Mientras observaba la diversidad de la naturaleza que me rodeaba, con sus variados árboles, formas, flores y diseños exóticos, llegué a la sede Chaquiro Abajo, donde cuarenta y dos jóvenes de posprimaria se convirtieron en parte de mi sueño.
Comencé a conocer cada una de sus historias, carencias y necesidades, al igual que a sus familias. Luego de esto, con el destello del sol resplandeciente entre las montañas, nació la iniciativa EDÚCATE, una propuesta que integra algunas entidades que les aportan a los chicos varias formas de crear y hacer a partir de la transversalización de todas las áreas del conocimiento. La idea es encontrar esos talentos opacados por las problemáticas sociales que hoy enceguecen a nuestros niños, niñas y adolescentes y los llevan a destruir sus objetivos.
La propuesta nace de mi gestión como docente y ha implicado tocar puertas de diferentes entidades. Una poesía que evoca talentos silenciosos, carentes de armonía y búsqueda de libertades, donde los estudiantes, dentro de la jornada escolar, proponen actividades. Nuevas creaciones que forman parte de la construcción de objetivos, gustos y talentos que trascienden el ámbito municipal como muestra de ejemplo para otras instituciones que la quieran replicar.
Este mundo de colores integra las artes plásticas, los emprendimientos, la tecnología, el atletismo y el ciclomontañismo con actividades curriculares y extracurriculares.
Como Picasso tenemos artistas dentro del aula gracias al proceso de artes plásticas que articulamos con la Casa de la Cultura Luis Fernando Vélez V. Jóvenes y adolescentes que plasman sus sueños a través de los dibujos a lápiz y llenos de colores, anhelos que se vuelven florecientes paso a paso.
Cuando llegamos al colegio, escuchamos el cacaraqueo de hermosas gallinas ponedoras, que se han convertido en una herramienta pedagógica para enseñar matemáticas, ciencias naturales y emprendimiento. Los jóvenes aplican sus conocimientos en sus hogares haciendo partícipes a sus familias gracias a la colaboración de la UMATA del municipio.
Como un cuento de hadas, llega Apropiación Social del Conocimiento con marionetas de colores. Tan solo con un chasquido de los dedos, nos transportamos al mundo tecnológico, donde, por medio de historias, videos, radiocuentos, exposiciones, dramas, retos, torneos en comunidad y jugando juntos, aprendemos lo importante de la tecnología manejando como un juguete herramientas tecnológicas que veíamos como unos monstruos.
Llega Richi, sonante como Rinrín Renacuajo, con sus desafíos emocionantes que ponen a los chicos a vibrar con sus soñados deportes, que marcan en sus rostros unas sonrisas llenas de felicidad, alegría y pasión, pero esto no es todo… Colorín colorado el cuento no se ha terminado.
Con salidas pedagógicas, llevamos el aprendizaje a otras sedes y lo compartimos con nuestras familias. Y en las tardes practicamos atletismo con un grupo de jóvenes soñadores que se destacan en los juegos departamentales. Durante los fines de semana, el grupo de ciclomontañismo explora las montañas contemplando la diversidad de flora y fauna que enriquece nuestros conocimientos, y crea recuerdos y viajes maravillosos.
Ahora todas estas experiencias se unen para plasmar este proceso en la Feria para la Innovación y el Emprendimiento, que se celebra en octubre. Queremos que nuestra comunidad tenga una historia para contar, y, a través de estas historias, mi vida también puede narrarse. Así construimos un mundo donde las problemáticas sociales sean reemplazadas por el brillo de la aurora boreal.
Seguiremos construyendo juntos este cuento maravilloso que jamás tendrá final…