Centro Educativo Rural Unión Quince
Soy una delicada y hermosa creación de Dios. Docente que irradia fuerza, amabilidad y confianza. Una flor que con su energía y color ilumina el día y disfruta lo maravilloso del arte de enseñar. Con un tallo fuerte que sostiene todo su ser ante las adversidades y sirve de apoyo para sus estudiantes; hojas grandes que abrazan y protegen a los que están a su alrededor y se entrelazan para cuidar y dar amor. Mi centro representa mi alma, mi corazón, que cuando llega su tiempo esparce afecto, alegría, protección y comprensión mediante semillas que crecerán en otros, proporcionando herramientas que ayudan a formar seres maravillosos con habilidades, pensamientos y emociones que les ayuden a forjar su propio camino.
“Dímelo y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”.
Benjamin Franklin
Carepa, donde cada sol trae una esperanza para sus habitantes, se encuentra cubierto por la majestuosidad de una tierra fértil y diversa en la cual los cultivos de banano y plátano se extienden como la arena en la playa; tierra de gente pujante, fuerte y dedicada, donde convergen distintas etnias y culturas que hacen de este el mejor vividero de Urabá. Es aquí donde se encuentra el Centro Educativo Rural Unión Quince, en la vereda El Silencio, lugar que me acogió con los brazos abiertos permitiéndome la dicha de ejercer mi quehacer docente, recorrer sus aulas, sus alrededores y llenar mi vida de emociones, sentimientos, aventuras, descubrimientos, mundos imaginarios que reflejan situaciones, tristezas, alegrías y momentos de reflexión, pero, sobre todo, ganas de orientar positivamente esas realidades en las que se encuentran nuestros niños y niñas, quienes se apropian de lo hermoso de su territorio haciendo del campo su vida, su terruño y el lugar más importante para cada uno y sus familias.
Tengo la dicha de encontrarme todos los días con niños y niñas del grado preescolar entre los cinco y seis años de edad en ese templo del saber llamado escuela, en el que he podido observar mediante valoraciones pedagógicas y en el día a día que, aunque estos chicos tienen muchas habilidades, energía y ganas de hacer las cosas, por su corta edad todavía se les dificulta la articulación y pronunciación de algunas palabras, y muestran timidez e inseguridad a la hora de interactuar con sus pares, aunque sean vecinos, familiares o conocidos. Les cuesta adaptarse a los procesos educativos, comunicativos y a las normas de convivencia en el aula.
Dentro de esta diversidad de seres maravillosos encontramos algunos con trastornos del lenguaje y síndrome de Down, lo que propició que buscara una estrategia que contribuyera a que esas individualidades se convirtieran en un referente para incluir a todos los niños en el proceso, y fortalecer como grupo esos retos, comprendiendo la diversidad como la oportunidad de generar espacios de aprendizaje e integración entre pares, además del acompañamiento, colaboración y el disfrute pleno de todas las actividades.
Sentí un sabor agridulce, entre alegría y tristeza, al pensar de qué forma todas estas situaciones repercutieron en la vida escolar y social de estos niños y niñas, y de qué manera desde mi rol como docente podría contribuir al mejoramiento de sus habilidades comunicativas en el aula y el entorno escolar. La comunicación es inherente al ser humano desde los primeros días de vida hasta los últimos, y uno de los ejes fundamentales en su desarrollo como parte de la sociedad. La comunicación es un mundo de posibilidades y oportunidades que muestra desde diferentes ángulos todo lo que acontece alrededor de cada individuo.
Es importante mencionar que en muchas ocasiones en el ámbito escolar se le da poca relevancia a la participación del grado preescolar en algunas actividades, pensando que por ser unos niños de tan corta edad no tienen la capacidad de hacerlo activamente. Sin embargo, están en un proceso constante de aprendizaje y afianzamiento de sus habilidades, como hablar en público, proponer ideas, expresar lo que sienten, describir su entorno e interpretarlo, contar sucesos, cuestionar e incluso responder a los interrogantes que se les presenten.
Sabiendo que la interacción del niño con su medio físico y social propicia la construcción efectiva del conocimiento, las temáticas se abordan teniendo en cuenta la curiosidad de los niños, sus intereses y motivaciones frente a los hechos de su cotidianidad, situaciones que influyen en el aprendizaje y que se ponen en evidencia a partir de la aplicación de las actividades, y que se articulan a los objetivos planteados, permitiendo que satisfagan su necesidad y a la vez desarrollen las habilidades requeridas en el proceso de comunicación.
El contacto con los estudiantes te ofrece la capacidad de asombrarte ante las pequeñas cosas, pero también te enfrenta con sus realidades, impulsándote a pensar en herramientas para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de estos niños y niñas. Así nace el proyecto Grandes Expositores, pensado como una oportunidad para el reconocimiento de las particularidades de cada estudiante y de las generalidades del grupo, a fin de mostrarles a estos niños la inmensidad de opciones que ofrece la imaginación. Se trata de una apuesta por que cada uno sea escuchado y sea protagonista, y que, mediante la puesta en práctica de algunas estrategias y el uso de las pedagogías activas, se potencie su confianza, seguridad, espontaneidad y liderazgo expresando sus ideas y sentimientos sin temor a quien los esté escuchando.
Para esto hemos desarrollado estrategias de interacción y comunicación como las Gafas de la Invisibilidad, Hágalo sin Pena, Titiritiando Ando, Hablando de lo que Sé, Correo Viajero, el Micrófono Hablador, Lectura de Imágenes, entre otras. El Micrófono Hablador ha sido una de las estrategias que más han llamado la atención de los niños, y la que utilizan con mayor frecuencia. Les ofrece la oportunidad de escuchar a través de un bafle y de ser escuchados por sus compañeros, contar historias, chistes, leer cuentos y cantar; se sienten líderes con la capacidad de dirigir el grupo, dar instrucciones y ejecutar acciones, lo cual los motiva a preguntar, investigar y construir su propio aprendizaje.
Hemos logrado evidenciar que mediante la puesta en marcha del proyecto muchos de los niños del grupo han mejorado en su pronunciación, seguridad e interacción. Uno de los pequeños con trastorno del lenguaje es el primero en ofrecerse para salir al frente y dirigir las actividades de conjunto, leer un cuento para sus compañeros por medio de imágenes y contar cosas de su quehacer diario; pero lo más hermoso de todo esto es que sus compañeros siempre están atentos, y el apoyo y respeto que le muestran.
Para el futuro tengo presente la vinculación de las familias, la integración de los demás docentes y grupos del CER Unión Quince y la participación activa de los niños del grado preescolar en actividades que propicien el fortalecimiento de las habilidades comunicativas dentro y fuera de la escuela, porque, como dice el refrán, cuando termina la vida de la escuela, comienza la escuela de la vida.
Le quiero agradecer a la docente de apoyo Anny Paola Lemos, a la comunidad educativa, a mis padres por ser mi referente docente y a mi hijo por la oportunidad de enseñar con el ejemplo. Quiero también invitar a los docentes a que no se desanimen en su labor, porque cada día es una oportunidad para aprender en la vida personal y profesional, y ello se refleja en el cariño que reciben por parte de sus estudiantes y familias.